En Clínica Cocoon Imagen somos expertos en el tratamiento y eliminación de varices en Granada con microespuma esclerosante sin dolor, sin cirugía y sin anestesia. El tratamiento para varices con microespuma es un procedimiento mínimamente agresivo y revolucionario. Mediante la escleroterapia con microespuma se puede tratar las varices, venas varicosas y arañas vasculares sin cirugía, de un modo nada agresivo y que no precisa de estancias hospitalarias previas ni posteriores a la intervención y permite a los pacientes hacer vida normal de manera prácticamente inmediata.
Cocoon Imagen es la mejor clínica de varices en Granada en el tratamiento para varices en las piernas. En nuestra clínica, gracias a la técnica de esclerosis con espuma, tratamos y eliminamos cualquier tipo de variz. Este novedoso tratamiento permite solucionar los problemas de varices sin necesidad de recurrir a intervenciones quirúrgicas obteniendo unos resultados de mejora visibles desde la primera sesión.
La aplicación de la espuma esclerosante por el Dr. Vicente Ibáñez Esquembre, médico especialista en varices, flebología, angiología, cirugia vascular y escleroterapia con microespuma, es la solución más efectiva para que vuelvas a lucir tus piernas y olvides los malestares y dolencias ocasionados por las varices.
La eliminación de varices mediante espuma combina dos técnicas: Escleroterapia con microespuma y crioesclerosis. Ambas producen el mismo efecto final, la inflamación de la cara interna de la variz, que lleva a su vez a la desaparición de las mismas.
Las varices son el resultado de una enfermedad que afecta a las venas de las piernas, la insuficiencia venosa crónica, resultando ser la insuficiencia venosa más común. Las varices se forman por la dilatación progresiva de las venas de las piernas causada por un mal funcionamiento de las válvulas venosas. Estas válvulas ayudan a que la sangre siga su camino ascendente hacia el corazón. Ante la incapacidad de establecer un retorno eficaz de la sangre al corazón (insuficiencia venosa) la sangre comienza a acumularse en las venas, haciendo que dilaten.
A causa de su mal funcionamiento, se produce un aumento de llenado, estancamiento y acumulación de la sangre en las venas, que aumenta con el paso del tiempo. Generalmente esto ocurre en la parte inferior de las piernas, dificultando el riego arterial de la zona, que con los años se puede complicar y provocar dolor, edema crónico e incluso generar úlceras varicosas o complicaciones tan importantes como la Trombosis Venosa Profunda o el Tromboembolismo Pulmonar.
Las varices aparecen en las piernas, tobillos y pies porque estas partes del cuerpo son las que se encuentran más lejos del corazón. La gravedad desplaza la sangre hacia las piernas y los pies cuando estamos de pie o sentados. Por lo que las venas deben trabajar mucho más para impulsar la sangre de vuelta hacia el corazón, deteriorándose algunas venas con el paso del tiempo.
La frecuencia con que aparecen las varices depende de muchos factores, pero teniendo en cuenta únicamente las que dan lugar a manifestaciones clínicas, se puede considerar que entre un 10% y un 15% de la población las padece, aumentando este porcentaje con la edad y el sexo, pues hay más mujeres afectadas que hombres. Las mujeres padecen varices con una incidencia tres veces mayor que los hombres debido a causas genéticas y hormonales. Su origen es multifactorial con la participación de antecedentes familiares, embarazos, permanecer de pie durante períodos prolongados, etc. Además de las varices, los pacientes suelen quejarse de otros síntomas como dolor, pesadez, calambres e hinchazón de las piernas que constituyen el cuadro de insuficiencia venosa crónica.
Las venas son los vasos encargados de llevar la sangre de vuelta al corazón. Debido a la posición erguida del ser humano, la sangre de las piernas debe ascender, venciendo la fuerza de la gravedad. Para subsanar este problema, las venas tienen en su interior unas válvulas que impiden que la sangre retroceda, y cuentan además con la colaboración de los músculos de las piernas que, al contraerse, ayudan a empujar la sangre, estableciendo un sentido único hacia el corazón. Cuando, por alguna razón, estas válvulas no pueden cumplir su misión de impedir el reflujo, la sangre se acumula, aumentando la presión, dilatando, alargando las venas y alterando los tejidos de esa zona.
Los síntomas más significativos son:
Las varices se clasifican en cuatro grados o tipos:
Varices Grado I
Las varices de grado I, también llamadas varículas, se ven en algunos sitios y a través de la piel, las venas finas de color violeta. Cuando tienen forma estrellada se denominan arañas vasculares. Por lo general son únicamente un problema de tipo estético pero, en determinadas ocasiones, pueden producir sensación de pesadez y cansancio en las piernas.
Varices Grado II
Las venas se van haciendo más visibles y empiezan a notarse los primeros síntomas como pesadez y cansancio en las piernas, dolores, hormigueos, calambres y sensación de calor o picores.
Varices Grado III
Las venas están más dilatadas. Los síntomas van aumentando progresivamente y aparecen hinchazones, edemas y cambios de coloración en la piel.
Varices Grado IV
Aparecen zonas eczematosas y úlceras. Las úlceras son difíciles de tratar y pueden infectarse con facilidad.